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Hasta las 00:00 de hoy, jueves 11 de enero, se reciben, vía electrónica, las inscripciones provisorias de los postulantes a las 2.000 Becas ITAIPU, de Grado Universitario y, hasta mañana, viernes 12 de enero, de 7:30 a 17 horas, se recepcionará la documentación requerida en las sedes habilitadas en todo el país. A estas horas de la tarde, un total de 4.000 postulaciones han sido confirmadas, de las 11.766 inscripciones electrónicas registradas hasta el momento.

En la sede de la FIUNA, San Lorenzo, un total de 2.022 solicitudes fueron confirmadas, y podrán formar parte de la siguiente etapa del proceso, que es el examen de conocimientos básicos en Matemática y Lengua Castellana.

Se alienta a los jóvenes postulantes a concluir la etapa de confirmación de sus inscripciones, mediante la presentación física de la documentación exigida en el Reglamento de Becas.

Esperanzados en las becas

Alejandro Núñez.

Alejandro Núñez, de 17 años, oriundo de Villa Elisa, vino hoy a confirmar su inscripción en la sede de la FIUNA. El joven quiere seguir la carrera de Contabilidad en la UCA. “Prepárense para el examen”, dijo sonriente, refiriéndose a los demás postulantes.

La carrera de Medicina sigue liderando el primer puesto en la opción académica de esta Convocatoria 2018, seguido en orden de prelación por las carreras de Arquitectura e Ingeniería en Informática. La Universidad Nacional de Asunción (UNA) también lidera la tabla de preferencia de los postulantes.

José y Rubén Martí, de 18 años, gemelos, quienes residen en Lambaré, optaron por las carreras de Ingeniería Electrónica y Análisis de Sistemas en la UCA, respectivamente.

“Necesitamos de la beca para cumplir nuestro sueño. Nuestra madre enviudó hace muchos años y tenemos una hermanita aún en el colegio”, dijeron.

Leila Henn.

Otra historia de alto contenido emocional es la que nos contó la joven Leila Henn, de 19 años. La estudiante ya cursa el primer semestre de la carrera de Ingeniería Civil, en la FIUNA, y se postula a la Beca ITAIPU para continuar en carrera.

A los 3 años vendía naranjas en la calle de Campo 9 (Caaguazú). La suerte le sonrió un día, cuando un ingeniero y su novia la conocieron y se interesaron por su bienestar. La trajeron a Asunción y son sus tutores legales; desde entonces, el destino de Leila cambió por completo.