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Responsabilidad Social
“Becas del Bicentenario” ayuda a cientos de estudiantes
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12/12/2011

La alta deserción de los becarios hasta el 2010 (42% en total) debido al agobio económico, la falta de apoyo y la baja calidad de la oferta académica, motivó a Itaipu a replantear su inversión en ayuda para cursos de grado bajo el nombre de “Becas del Bicentenario”, que plantea una asistencia integral para estudiantes que reúnan los criterios establecidos.

Las “Becas del Bicentenario” otorgadas por Itaipu en el 2011 ayudarán a los becarios de condición humilde a terminar sus carreras, ya que la nueva política es de asistencia integral para todos los beneficiarios.

Según un informe del MEC, la alta deserción de los becarios hasta el 2010 (42% en total) fue debido al agobio económico, la falta de apoyo y la baja calidad de la oferta académica y para subsanar esta realidad, Itaipu otorgó la ayuda integral a todos los becarios.

Funcionarios de Itaipu se trasladaron hasta San Juan Nepomuceno, departamento de Caazapá, para recabar datos sobre la realidad de los estudiantes indígenas becados por la Binacional y la realidad de los beneficiarios fue bastante complicada, pero recibieron la buena noticia de que recibirán una asistencia integral, para que culminen sus carreras.

Domingo Rolón, profesor de la Universidad Privada del Guairá informó que actualmente tienen 6 alumnos indígenas, de la parcialidad Aché,  que recorren 45 km. desde su comunidad para llegar a la institución.

Los indígenas, pese a la distancia recorrida, tienen una regular asistencia académica. “Estudian en el turno noche y se dividen en dos carreras: un grupo está en Licenciatura en Enfermería y otro, sigue Ciencias de la Educación. A veces estos alumnos vienen caminando porque no tienen dinero, otras veces a dedo o cuando tienen combustible, vienen en moto. En caso de lluvia, directamente vienen a pie y les lleva un día de camino”, señaló el profesor.

Valoró que los estudiantes nativos no tienen problemas para insertarse en la sociedad, tienen buena relación con los profesores y con los demás alumnos. “Todo es fácil para ellos. Hablan tres idiomas y cuando están juntos usan su propio idioma”, acotó.

En cuanto a su rendimiento académico, Rolón expresó que les falta mucho para el estudio, pero procuran y mediante la persistencia mantienen el promedio 3. “Entre 2 y 3 es la calificación, más de eso todavía no pueden, pero están procurando tener un mejor promedio”, indicó.

Rolón destacó que pasó el informe que los estudiantes indígenas no lograron alcanzar el nivel  académico exigido por Itaipu, explicando las causas verdaderas de dicha situación.

“La realidad de ellos es muy difícil, porque el factor principal del bajo rendimiento es la alimentación, a esto se suma la carencia de vestimentas y el poco acceso a la salud entre otras cosas”, manifestó

Recordó que este año fue a la comunidad porque los becarios dejaron de asistir a las clases. “Hablé con el cacique y prometieron venir de vuelta. Pasé el  informe al director General de Itaipu y también al Coordinador de Becas y prometieron solucionar la situación de los indígenas. Después de esto, los estudiantes volvieron otra vez a la universidad,  para la culminación del primer semestre que fue en julio”.

Puntualizó que los nativos reciben la beca para el pago total de las cuotas y los derechos de examen, pero con esto no se cubren otros gastos. Abogó por la necesidad de un mayor apoyo económico porque los estudiantes deben alquilar una casa, necesitan víveres y vestimenta, para continuar con sus carreras. “Estoy seguro  que si esto no se soluciona, ellos no van a seguir sus estudios”, acotó.

Becario de Ciencias de la Educación

Eusebio  Mbyrataí, es becario de Ciencias de la Educación, está cursando el segundo año y vive en la  Comunidad Ypetimi.

“Yo procuro para que podamos alcanzar algo lindo para mi comunidad. Mucha gente que está en mi comunidad no tiene tanta capacidad, sobre todo en la parte educativa. Hay muchos profesores blancos, pero nosotros necesitamos manejar nuestra comunidad. Muchos no tienen título, por eso yo estoy procurando en tener el mío”, manifestó.

Describió que ellos son del monte y no cuentan con infraestructura. “Nosotros queremos educarnos para enseñar después. Nos manejamos bien con los otros compañeros y al terminar mi carrera quiero ir a apoyar en la educación de los niños en mi comunidad”, señaló.

 

Estudiante de Enfermería

Fatimeo Nochin es estudiante de Enfermería. “Muchas veces pasamos mal, a veces no tenemos que comer o dormimos sobre el piso”, reveló el becario.

Al igual que otros compañeros, enfatizó que el problema de transporte es otro drama para los becarios. “En una moto subimos dos o tres personas y muchas veces no tenemos combustible. Quiero seguir estudiando; en mi comunidad hay muchos enfermos, hay niños que  mueren porque no hay médico cerca y los remedios son caros. Ya estoy aprendiendo varias técnicas básicas para aplicar. Quiero ir a mi comunidad para cuidar a los enfermos”, expresó.

Pone en práctica lo aprendido

Amada Mbykavogi es estudiante de Enfermería y madre de dos hijos pequeños y relató que los becarios indígenas se integran perfectamente con los estudiantes blancos aunque admitió que uno de los obstáculos para ellos es el idioma castellano.

“Cuando no sabemos algo preguntamos y ellos (los blancos)  nos ayudan. Necesitamos aprender la costumbre de los blancos y ellos a su vez, la nuestra, para que  nos entiendan mejor. En mi comunidad no hay promotor de salud y comencé a ayudar a personas enfermas, asistir partos, tomar presión. Un doctor de Inglaterra nos enseñó enfermería en nuestra comunidad. Y ahora que entré en la universidad estoy aprendiendo más”, dijo Amada.

Estudiante de Formación Docente

Vicky es una sacrificada estudiante de la carrera de Formación Docente y relató que la vida de una universitaria indígena es muy difícil, pero no obstante, las ganas de tener un título académico le da fuerzas para vencer los obstáculos.

“Estoy estudiando Formación Docente, soy mamá de un hijo pequeño. Muchas veces no tengo con quién dejarlo y lo llevo conmigo”, relató Vicky.

Contó que otro inconveniente con el cual tropieza es la falta de movilidad propia. “Es difícil porque tengo caminar mucho para llegar a la facultad porque no hay muchos colectivos. A veces, me llevan en moto, pero no siempre hay plata para el combustible. A pesar del sacrificio, yo quiero estudiar, quiero tener mi título”, expresó la becaria.

Señaló que los líderes de su comunidad le dan fuerza para culminar su carrera ya que ella es una de las esperanzas para que los niños indígenas reciban buena educación. “Una vez que termine la carrera voy a enseñar a las criaturas de mi comunidad tanto en nuestra lengua originaria como en lengua castellana”, aseguró.