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Institucional
“Todo lo que tengo, le debo a Itaipu”
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14/11/2010

Una hojeada de rutina al periódico de la fecha, durante un receso en horario de trabajo, bastó para que el joven Ramón Estigarribia se postulara al empleo que le “daría todo en la vida”, según sus propias palabras. Transcurría el mes de febrero del año 1981 cuando el entonces corredor de seguros médicos, de tan solo 19 años, hoy técnico especializado en Operación de Sistema de Itaipu Binacional, decidía jugarse con todo al intentar prestar servicios a lo que sería la mayor Central Hidroeléctrica del Mundo.

No estaba muy seguro de lo que le esperaba pero, aún así, optó por inscribirse al concurso de méritos que promovía la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) y la Itaipu Binacional, en esa época. Fueron más de 300 los postulantes a diferentes cargos (electricidad, electrónica, mecánica, técnico) de los cuales sólo 36 fueron seleccionados para especializarse en la ciudad de Furnas. (Brasil) Entre ellos estaba Estibarribia.

La idea de los responsables de la Entidad, en aquel entonces, era formar profesionales en el exterior para que posteriormente puedan prestar sus servicios y conocimientos en la construcción de la represa de Itaipu.

“Estuvimos 6 meses estudiando en el Brasil”, cuenta un tranquilo Estigarribia mientras exhibe fotografías de la época, “hicimos pruebas que también eran eliminatorias. Pasamos esas pruebas para luego, cada uno, en diferentes usinas del Brasil, trabajar más o menos dos años otra vez”, explicó.

Tras este periodo de prestación de servicios en hidroeléctricas del vecino país - según Estigarribia - volvió al Paraguay para cumplir tareas en la Central Acaray, donde permaneció por varios meses para posteriormente ser nombrado definitivamente como técnico operador de Usina Hidroeléctrica en la Binacional.

Según cuenta, recién después de su permanencia en el Brasil entendió lo que significaba el proyecto Itaipu para el Paraguay. “Itaipu no tenía la fama que hoy tiene. Cuando yo les comenté a mis padres que pasé una prueba de admisión para Itaipu, no me entendieron, ahí les respondí que sería una empresa de usina hidroeléctrica, pero tampoco yo sabía que cual era la función específica de una usina. Recién cuando nos fuimos a Brasil realmente nosotros tuvimos conocimiento de lo que significaba una empresa hidroeléctrica”, recordó.

Anécdota

Antes de postularse a ser técnico de Itaipu, Ramón Estigarribia se desempeñaba como corredor de una empresa de seguros médicos en Asunción. Tuvo que abandonar su ciudad Natal, Concepción, para buscar mejor suerte en la capital. Como anécdota, el empleado recordó que, luego de pasar las pruebas de admisión, le sobraba aún una entrevista clave para formar parte del grupo de 36 jóvenes que viajarían al Brasil. Le habían fijado una fecha específica; sin embargo, todo se retrasó debido a un problema de Estado que se dio justo en épocas de dictadura.

“En ese ínterin se le mató al nicaraguense Somoza (Augusto, ex presidente de Nicaragua) en Asunción y, en aquel entonces, el ministro Montanaro (Sabino) cerró todas las fronteras, no podíamos viajar de una ciudad a otra, y mi preocupación era que pasaban los días y yo tenía que presentarme un lunes a las 7 de la mañana en la oficina de ANDE”, cuenta.

Siguió diciendo que “después de siete días recién se abrió la frontera y el domingo a la noche tuvimos que salir de Concepción todos colgados del ómnibus. Llegué a las 9 de la mañana a la ANDE, les justifiqué la tardanza y ellos me consideraron. Si esa entrevista no llegaba a tener, seguro hoy no estaría acá”, señaló.

En la actualidad

Actualmente, Ramón Estigarribia sigue prestando servicios a la Itaipu Binacional pero ya en la División de Programación y Estadísticas, puesto al cual accedió en otra prueba interna en 1989. Él es uno de los 14 empleados (del grupo de 36 jóvenes) que aún permanecen trabajando en la Entidad y, según aseguró, su jubilación está cerca.

Estigarribia comentó que reside con su esposa y sus tres hijos en el Área 4 de Ciudad del Este y sostuvo que prácticamente todo lo que tiene le debe a Itaipu. “Estoy muy agradecido a la Itaipu. Le debo mucho a esta Entidad. Todo lo que soy y se lo aprendí en este lugar”, finalizó.