Líder mundial na geração de energia limpa e renovável

Institucional
Trabajos nocturnos y más equipos para llegar al plazo
Tamanho da letra
17/10/2010

Debido al clima inestable que se tiene en estas últimas semanas, los responsables de la obra están incorporando recursos humanos y mayor cantidad de equipo, para cumplir con los plazos contractuales. Esto no implica ninguna modificación en el contrato, tampoco en la fecha de entrega de la obra, que será en junio del 2011.

El ingeniero Luis Vellacich, responsable de fiscalizar los avances de la obra por Itaipu Binacional, comentó que las lluvias afectan los avances de la obra sobre todo teniendo en cuenta la frecuencia de las precipitaciones en las últimas semanas.

“Contrariamente a lo que se había dicho, sobre las previsiones de una primavera seca y calurosa, estamos teniendo una primavera con agua”, dijo al tiempo de señalar que se están previendo los aprovechamientos de los días secos a favor de avanzar día y noche, con numerosas maquinarias y una triplicación de la cantidad de trabajadores.

Oscar Sitjar, Gerente de Obra por la empresa Roggio e Hijos S. A. explicó que “A la fecha, estamos con un plazo consumido del 29% al 6 de octubre de 2010, y tenemos ejecutado el terraplén en un porcentaje que está en torno del 15% de lo total”, señaló.

“Estamos en un proceso de reprogramación del calendario”, dijo Sitjar explicando que esto no implica ninguna modificación en el contrato, en cuanto a la fecha de entrega de la obra, sí una consideración en el tiempo de alcance de metas parciales.

“Estamos incorporamos la mayor cantidad de equipo y mayor cantidad de recursos para cumplir con los plazos contractuales y esto no implica en ningún caso una modificación de los plazos contractuales establecidos”, explicó. La obra debe ser entregada en junio del 2011.

“Siempre la lluvia es un trauma para obras de esta naturaleza. Estas últimas lluvias están provocando una parcial paralización de los trabajos. Todavía no estamos realizando procesos de materiales que fueron llevando antes a las pistas. No estamos incorporando nuevas cargas de pista para incorporar el volumen de terraplén, porque no están dadas las condiciones y el pronóstico no está siendo auspicioso, por lo que nos estamos moviendo con cautela”, explicó.

Sitjar señaló que debe asegurarse la calidad de la obra y por ello debe cuidarse la humedad para la compactación de los suelos. Además de las lluvias, otro tema que afectó el cumplimiento de las metas parciales es la liberación de ciertas áreas del terreno que estaban ocupadas de forma ilegal, lo cuál recién pudo darse en la primera quincena de agosto.

Roggio e Hijos S.A. es la empresa adjudicada que está llevando a cabo la construcción del terraplén del lugar dónde se asentará la subestación de transformación de energía. Los ingenieros Luis Vellacich y Fernando Barúa se desempeñan como fiscales de los trabajos en el lugar, en representación de la Itaipu Binacional.

Claudia: La primera mujer en la subestación Villa Hayes

La obra de rellenos y terraplén del lo que será la subestación de Villa Hayes comenzó el 21 de junio del 2010 y está siendo llevado a cabo por la empresa Benito Roggio S. A. Actualmente, ella emplea en forma directa a unas 150 personas aproximadamente entre maquinistas, peones y profesionales del área de la construcción. Ahora también se suma el trabajo de una mujer.

Claudia Benítez Serrano es madre de 4 hijos. Por las mañanas toma su motocicleta y viaja desde el barrio Remansito de Villa Hayes hasta la obra de la subestación de la línea de 500kV. Allí, existen al menos 150 personas trabajando en la actualidad y ella es la primera mujer en la obra. Si bien, su labor no tiene que ver con la construcción de la obra, sino con las oficinas montadas en el lugar, Claudia es un símbolo de los efectos directos e indirectos de un trabajo de gran envergadura.

“Conseguí el trabajo, mediante que un empleado de la obra, comentó en una farmacia que necesitaban una persona que se encargue del orden y de la limpieza del lugar; entonces, mi amiga de la farmacia me avisó, me presenté acá y empecé a trabajar ese día” reveló. Claudia cuenta que los días más difíciles son los días de lluvia, porque el barro sube con los zapatos a las oficinas.

“Para mí, es un milagro de Dios haber conseguido este trabajo, porque yo siempre trabajaba en el centro de Asunción y terminaba más horas viajando que trabajando. Esto es cerquita de mi casa y puedo compartir mucho tiempo con mi familia al menos”, cuenta Claudia.