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Responsabilidad Social
Un símbolo de lucha
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11/10/2013

Cada 11 de Octubre se recuerda “el Día Internacional de la Niña”, designación oficializada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, centrando en la especial situación de vulnerabilidad que sufren millones de niñas en todo el mundo.  

Con el lema “Innovar para la educación de las niñas”, este año se busca dar cumplimiento al derecho del acceso a la educación de las niñas, puesto que hay pruebas abrumadoras de que la educación de las mujeres, sobre todo en el nivel secundario, es una poderosa fuerza que transforma a las sociedades y a las propias niñas; es un elemento positivo que permanece constante en casi todos los resultados previstos para el desarrollo, desde la reducción de la mortalidad y la fecundidad, hasta la reducción de la pobreza y el crecimiento con equidad, el cambio de las normas sociales y la democratización.

Malala Yousafzai

Para conmemorar este día, el Diario Itaipu Electrónico (DIE), te cuenta el testimonio de Malala Yousafzai.

Más allá de conmover, su historia es un ejemplo de lucha, una lucha con la mejor arma: la educación.

Malala Yousafzai tiene 16 años. Ella nació en Swat, Paquistán, un lugar donde el régimen talibán ha prohibido la asistencia a la escuela de las niñas.

A los 11 años, Malala se puso a escribir bajo seudónimo un blog en el que defendía el derecho de las niñas a recibir formación académica, criticando de forma férrea al movimiento Talibán que se oponía a ello.

Los radicales pudieron identificar a la menor y el 9 de octubre de 2012, camino de la escuela a su casa, Malala sufrió un atentado, en el que casi pierde la vida. Un equipo de cirujanos británicos lograron salvarla.

El agresor se subió al vehículo en el que viajaba e hirió a Malala en la cabeza y en el cuello, quedando en condición muy crítica. Los doctores lucharon por salvarle la vida; luego, su condición empeoró. Fue sometida a una operación para sacar la bala de su cuello, y mientras la inflamación de su cerebro amenazaba su vida, el equipo quirúrgico cortó una sección de su cráneo para disminuir la presión. Después de la cirugía, permaneció inconsciente por tres días.

La trasladaron a Gran Bretaña para que recibiera tratamiento médico intensivo y para someterla a múltiples cirugías, a modo de reparar el daño que las balas habían causado. Los doctores cubrieron un orificio en su cráneo con una placa de titanio. Malala ha conservado el pedazo de cráneo que le quitaron como un recuerdo de su lucha.

“Que todos los niños puedan ir a la escuela porque es su derecho"

Malala empezó su cruzada a favor del derecho a la educación universal en 2009, cuando el control total de los talibanes sembraba el terror en el valle del Swat. El 70% de sus compañeras había dejado de acudir a la escuela por miedo o por indicación de sus familias.

En la actualidad, la joven de 16 años se ha convertido en un ícono de lucha por la educación de las niñas, por lo que hoy se la considera una de las 100 personalidades más influyentes del mundo.

Aunque su lucha pública por tener acceso a esa educación y por el derecho de otras niñas de tener ese acceso también, la puso en la mira del talibán paquistaní, ella no se deja amedrentar por las reiteradas amenazas.

Malala continua su lucha. En la actualidad, vive en la ciudad inglesa de Birmingham. Estudia en una escuela del Reino Unido, "Este es el momento más feliz, el de regresar al colegio, es lo que soñaba, que todos los niños puedan ir a la escuela porque es su derecho", había mencionado la joven, según la BBC, en su primer día en el instituto Edgbaston de Birmingham, Inglaterra.

Este año, la adolescente pakistaní Malala Yousafzai ganó el Premio Sájarov a la libertad de conciencia, siendo un testimonio de valentía y lucha por el empoderamiento de la mujer y su derecho a la educación y a la libertad de expresión.