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Responsabilidad Social
Promueven mayor asistencia a pueblos indígenas
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13/03/2014

En consonancia con la responsabilidad de asistir a los pequeños productores del campo, en particular a los asociados en cooperativas y nucleaciones solidarias, Itaipu Binacional impulsa más desarrollo y cooperación con los compatriotas aborígenes, como en este caso, la etnia Aché de la localidad de Puerto Barra, distrito de Naranjal.

Espacio de encuentro entre la comitiva de Itaipu y líderes Aché

La comunidad indígena Aché, de Puerto Barra, ubicada al sureste del Alto Paraná, obtendrá una especial atención a sus proyectos, tras la visita efectuada por una comitiva de la entidad, encabezada por el superintendente de Gestión Ambiental (MA.CE), Ingeniero Pascual Domínguez, dependiente de la Dirección de Coordinación Ejecutiva (CE), quien estuvo acompañado de la arquitecta Diana Almeida y otros funcionarios de Gestión Ambiental.

La reunión se efectuó en el núcleo urbano del mencionado asentamiento. La sorprendente experiencia organizativa y las posibilidades de trabajos con elaboración y ejecución de proyectos comunitarios con la entidad, fueron los puntos de conversación.

Este viernes 14, el director general paraguayo de la Itaipu, James Spalding, visitará la comunidad indígena, a fin de conversar con los líderes de la étnia y coordinar los trabajos que se puedan desarrollar a futuro en cooperación con la entidad. Igualmente, el PTI.PY hará entrega de computadoras que serán instaladas para el uso de la comunidad.

El superintendente de Gestión Ambiental, Pascual Domínguez, durante la visita al estanque de piscicultura, son 9 en total.

Trabajo de los Aché

Los Aché pertenecen a la gran familia Guaraní, habitantes de la región Oriental en los departamentos de Caazapá, Alto Paraná, Canindeyú y el norte de Itapúa. Es particularidad de estos indígenas, la tes blanca y con barbas los varones, de allí el denominativo “Guayakí”, desaprobado por ellos al ser considerado término despectivo con el cual se referían a ellos los otros pueblos. Los mismos prefieren llamarse “Aché”.

Son antiguos habitantes de las extensas selvas de antaño, conocían y dominaban los lugares en donde encontraban todo lo necesario para vivir a su modo.

Según la proyección poblacional del año 2009, existen 1.555 habitantes de esta parcialidad aborigen en los departamentos mencionados. Han experimentado, luego de casi un total exterminio, el auspicioso crecimiento poblacional de 3,9% desde el año 2002, según la Dirección General de Estadísticas Encuestas y Censos (DGEEC).

En Puerto Barra, actualmente viven 187 personas, distribuidas en 38 familias.

Agredidos por la depredación territorial, durante el siglo XX, fueron arrinconados cada vez más a orillas del río Paraná, entre ellos, el grupo que hoy está asentado en Puerto Barra. Casi fueron aniquilados, por la bárbara persecución y cacería de la llamada “civilización”. Estas últimas familias de la selva quedaron rodeadas por las grandes extensiones ya deforestadas en los años 70, resguardadas luego de infinidad de sufrimientos, muertes, hambre y mucho miedo, hasta que decidieron tomar contacto con los “blancos”, tras varios intentos. Afortunadamente, hablaron con un ciudadano alemán, pastor de una congregación religiosa, cuyos hijos hasta hoy viven y trabajan con los Aché. Estos los asistieron para el reencuentro de la dispersa y perseguida familia Aché.

La comunidad Aché está asentada a orillas del río Barra Negra, en medio de añosos arboles y exuberante vegetación.

Hoy recuperaron parte de sus tierras ancestrales (compradas de nuevo gracias a la cooperación internacional), en donde experimentan la vida comunitaria tradicional con modernos métodos de producción sin perder; su idioma aché, los ritos, el amor por la naturaleza combinada con el ágil manejo de implementos agrícolas, luz eléctrica, máquinas de industrias básicas, tambos lecheros y pequeños potreros con crías de animales silvestres, proveídos por Itaipu como; mborebí, carpincho y cerdo silvestre. Ejemplares de mucha estima principalmente para los ancianos porque eran el sustento familiar.

Hoy los niños y jóvenes de la comunidad se encargan del cuidado de estos ejemplares que viven a metros de la escuela, en un lugar amplio, preparado adecuadamente con vegetación y arroyo de por medio.

El cacique relató como anécdota, que hace unos días un ejemplar de carpincho se enfermó y los niños de primer grado de la escuela, no pararon de visitar al animal enfermo, hasta que para felicidad del los mismos pronto se restableció.

En la maratónica jornada, la comitiva de Itaipu Binacional estuvo acompañada por docentes de la comunidad, técnicos del PTI (quienes trabajarán para las instalaciones informáticas y mejoramiento de las instalaciones y redes eléctricas) y funcionarios de la municipalidad de Naranjal.

Durante la visita se pudieron recabar las inquietudes y proyecciones de los originarios, la experiencia en el trabajo del campo, en rubros tan diversos como la piscicultura, cultivo de autoconsumo, la soja, la producción lechera, la reserva boscosa, etc. así como el proyecto de trabajo con otras comunidades indígenas para salir de la miseria y la cooperación con organismos y empresas locales.