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Responsabilidad Social
Jornada de Empresas Seguras, libres de violencia hacia las mujeres
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18/04/2012

Con el propósito de presentar a empresas y gremios empresariales, el tema de responsabilidad social empresarial, vinculada a la prevención y erradicación de violencia hacia las mujeres en sus organizaciones, el miércoles 18 de abril, se realizó una reunión denominada “Empresas seguras, libres de violencia hacia las mujeres”. La actividad se desarrolló en la Unión Industrial Paraguaya de Asunción.
   
En Latinoamérica, al igual que en el resto del mundo, la violencia en el ámbito laboral afecta particularmente a las mujeres. Algunas cifras mundiales recientes indican que el 80% de los casos denunciados de violencia en el trabajo son contra la mujer y que las pérdidas laborales causadas por el estrés y la violencia representan entre el 1 y el 3.5% del Producto Interno Bruto.

En nuestro país, la violencia hacia las mujeres adopta diversas formas −violencia intrafamiliar, abuso sexual, acoso en el lugar de trabajo, violencia en la vía pública, trata de personas, entre otras− y, a pesar de los esfuerzos públicos y privados por erradicarla, sigue impactando transversalmente en la vida de muchas mujeres, afectando hogares, comunidades y espacios laborales.

El Gobierno lidera en forma persistente acciones para prevenir y erradicar todas las formas de violencia hacia la mujer, desarrollando estrategias de denuncia, difusión, sensibilización y capacitación, mejorando la normativa vigente, implementando programas específicos de prevención y atención a víctimas, realizando estudios e investigaciones y promoviendo el empoderamiento de las mujeres. Sin embargo, los esfuerzos del sector público no son suficientes para alcanzar el objetivo.

A nivel mundial y también local, las empresas están tomando conciencia sobre el impacto significativo y económicamente negativo que tiene la violencia hacia las mujeres y, como parte de sus estrategias de Responsabilidad Social Empresarial, impulsan acciones para prevenir y erradicar este flagelo.

Itaipu, modelo de gestión de lucha contra la mujer

Gloria Rubín, ministra de la Secretaria de la Mujer mencionó que, en cuanto al tema de responsabilidad social empresarial la Itaipu Binacional podría trasladar su vasta experiencia a otras instituciones, ya que hace seis años, en el lado brasileño llevan adelante trabajos de lucha contra la violencia. Por ese motivo, Itaipu-Brasil recibió en 2010 el premio a la excelencia en el tema. Mientras que el Comité de Equidad de Género de la Itaipu-Paraguay ha logrado conformar un área fuerte de género en la empresa, con acciones que apuntan a implementar políticas de directrices de género en todas las áreas.

“Fueron sonados los casos de acoso sexual que hubo en la empresa donde tomó participación el área de género de la Itaipu. Es muy difícil sobre todo cuando el agresor es un alto dirigente sindical, y muchas veces las empresas privadas o binacionales ponen paño frio para no tener choque con los sindicatos. También pasa cuando el agresor posee un alto cargo, allí se complican las cosas”, añadió la ministra.

Indicó que la violencia es una realidad cotidiana que debe ser contrarrestada. “Es una lucha que también lo estamos haciendo en Yacyreta, donde ya existe un área de género, pero recién estamos iniciando los trabajos y creemos que como somos un país pequeño podemos hacerlo posible”, puntualizó.

Profundizar en talleres de masculinidades y violencia doméstica. “Este encuentro fue muy provechoso y productivo, nos da la oportunidad de transmitir nuestra experiencia como Itaipu Binacional y aprovechamos además para solicitar un acompañamiento en los trabajos con talleres de masculinidades que son de vital importancia”, expresó Sara Radice, coordinadora del Comité de Equidad de Género.

Radice aseguró que el tema de la violencia está bien encaminada con la concienciación de las compañeras en la entidad, por lo que los trabajos deberían empezar a abocarse en los compañeros, profundizando el tema de masculinidades y violencia doméstica.

“Desde el Comité nos dimos cuenta que muchas de las compañeras y también esposas de los compañeros son víctimas de violencia familiar”, dijo Radice, al señalar que en la empresa existen casos de violencia que se engloban en acoso laboral, mientras que también existe casos de violencia familiar.

Comentó además, que ya se realizó talleres de masculinidades con guardias de seguridad, quienes dentro de su evaluación admitieron que debido al estrés laboral muchas veces se volvían violentos.

“En este encuentro vimos como incide la violencia en el rendimiento dentro del trabajo, no solamente en las mujeres, sino en los propios compañeros, todo implica en el rendimiento productivo de la empresa”, concluyó.

Funcionamiento de la violencia y sectores que afecta

María Molinas, coordinadora Nacional del Programa de la GIZ “Combatir la Violencia contra las Mujeres” (ComVoMujer), explicó el funcionamiento de la violencia y los sectores que la misma afecta.

Señaló que la violencia es considerada generalmente como un asunto doméstico, privado o personal, sin embargo impacta en las personas a nivel individual, en las familias como un tema que no sólo es doméstico, sino que afecta la dinámica familiar, en las comunidades y también en las empresas.

“Hay una conexión muy clara de cómo el ámbito privado se vincula con lo público, son esferas que se solapan unas con otras por que afectan en términos laborales, no solamente a nivel interno con diferentes expresiones de violencia que pueden surgir como parte de la dinámica laboral, sino que a su vez, la violencia que existe en las calles, la violencia que existe a nivel del hogar tiene impacto en el desempeño interno de la empresa. Incluso los horarios de salidas laborales tiene mucho que ver con la seguridad para las mujeres”, detalló.

Molinas explicó que la violencia es un tema que está asociado fundamentalmente a la vida de las mujeres, sin embargo afecta también a los hombres. “No solamente entender a los hombres como victimarios sino en términos que hay hombres preocupados por la dinámica de la violencia ya que no quieren sentirse identificado con un sector que está a favor de esa forma de violencia”, expresó.

Molinas señaló además, que los temas de violencia no siempre son denunciados en su dimensión real. “Una encuesta nacional que se hizo en el año 2003 verificó que el 53% de las mujeres encuestadas tuvo una experiencia directa de violencia dentro de la casa”, añadió.

La violencia contra la mujer es un asunto social y empresarial
  

Cristine Brendel, directora Regional del Programa de la GIZ “Combatir la Violencia contra las Mujeres” (ComVoMujer), aseguró por su parte, que la violencia contra la mujer es un asunto social, así como también empresarial, ya que no solo la violencia dentro de la empresa incide en la productividad de la misma, sino también la violencia doméstica.

Brendel añadió que la violencia contra la mujer es un asunto empresarial y no un asunto privado, pues de lo contrario se tornaría una grave violación a los derechos humanos.

“Hablamos de un delito, de un crimen y no es una cosa menor que pueda ponerse bajo la mesa. Por que las mujeres que se ven afectadas por la violencia originada en el ambiente laboral o no, sufren una grave pérdida en su desempeño”, resaltó Cristine,

Manifestó también que una persona golpeada sólo tendrá cabeza para pensar en su sufrimiento y dolor, y no en la tarea que debe desempeñar en la empresa. Así también los empleados violentos, quienes representan un problema de seguridad interna, cuya presencia incluso cambia la reputación de la institución.

“Con todo esto se genera sobrecostos que pueden ser evitados, ya que existirá una baja productividad en la empresa”, indicó.

Cristine definió a la responsabilidad social empresarial como el compromiso de las organizaciones, empresas, etc, para contribuir con el desarrollo sostenible trabajando con los empleados/as, sus familias, con la comunidad y sociedad en general para mejorar la calidad de vida de éstos, mediante formas que sean buenas para los negocios en pos del desarrollo sostenible.

“Es la integración, la voluntad, por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales medio-ambientales en sus operaciones comerciales y sus relaciones con sus interlocutores. Las empresas que actúan socialmente realizan labores de responsabilidad social empresarial, no por presión sino por convicción”, puntualizó.