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Historiales de jóvenes que sueñan ser universitarios
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08/01/2016

Desde que se dio inicio al periodo de inscripción para las 1.000 becas de ITAIPU, de Grado Universitario, el departamento de prensa fue captando algunas historias de los jóvenes postulantes. Entre ellos existe un denominador común: son brillantes, pero de escasos recursos.


 

Cada uno de los más de 2.000 inscriptos ven a las becas universitarias de ITAIPU, como la oportunidad a ser profesionales, servir a su familia y a su patria. Hijos e hijas de madre soltera, empleada doméstica, costureras, de agricultores, huérfanos, indígenas o con alguna discapacidad física anhelan tener su título universitario, pero el alto costo que implica una carrera terciaria, es el principal obstáculo para ellos.
 

Gissel Mencia.

Hija de costurera

Gissel Mencia, de Caacupemí- Areguá, se postuló para la carrera de Contabilidad y con orgullo contó que tiene promedio 5. “Vivo con mi mamá, ella es costurera. Soy hija única, mi mamá se sacrificó mucho por mí y mediante su máquina de coser, terminé el colegio, pero ahora ya le será difícil costearme mi carrera universitaria. Es por eso que espero pasar los requisitos exigidos por ITAIPU y ganarme la beca”, contó.

Camila Pereira.

Hija de doméstica

Camila Pereira (Areguá), del colegio República del Paraguay, también eligió la carrera de Contabilidad. “Mi mamá es empleada doméstica. Yo quiero seguir una carrera universitaria, soy muy buena alumna, pero en mi casa no van a poder costearme la carrera. Quiero un futuro mejor y darle seguridad a mi familia y ojalá pueda ganarme la beca”, afirmó Camila.

Patricia Soledad Yegros.

Muchos hermanos

Patricia Soledad Yegros (Luque) se postuló para Contabilidad y aunque admitió que no proviene de familia de muy escasos recursos, contó que tiene once hermanos, y simplemente, sus padres no podrán costear sus estudios universitarios.

“Quiero acceder a la beca, tengo un promedio de 9,91 y mejor egresada de mi promoción. Me quiero postular para la UNA, y me será muy difícil trabajar y hacer el cursillo al mismo tiempo”, comentó.

Huérfana de padre

Adriana Aguayo Vázquez.

Adriana Aguayo Vázquez (Luque) se postuló para la carrera de Arquitectura. “Vivo con mi mamá y con mis tres hermanos, mi papá falleció hace dos años. Mi mamá es muy sacrificada, ella es limpiadora en una casa de familia y no podrá pagarme la universidad porque también tengo otro hermano estudiante”, dijo.

Comentó que le dijo a su mamá que se iba a postular para las becas universitarias de ITAIPU, noticia que le emocionó. “Ella quiere que sigamos adelante, no es deshonra ser limpiadora, pero quiere que tengamos un futuro mejor, y mi mamá sabe que solo estudiando se puede lograr muchas cosas. Y es un orgullo porque posiblemente, sea la primera universitaria de la familia”, expresó.

No alcanza el dinero

Raquel Morel.

Raquel Morel (18), de Itacurubí del Rosario (San Pedro) se postuló para la carrera de Ingeniería y su ex profesor de colegio, le ayudó para acercarse hasta la sede de inscripción en San Estanislao.

“Solo podré estudiar mediante la beca, mi papá es agricultor y mamá es ama de casa. No hay forma que ellos paguen mi facultad, no nos falta qué comer, pero no alcanza para pagar por mis estudios”, afirmó la postulante.

En la chacra

Elida Velázquez Pereira.

Elida Velázquez Pereira, de San Pedro, se postuló para la carrera de Enfermería. “Vivo con mis padres y mis 5 hermanos, en mi casa no hay ingreso seguro. Papá y mamá trabajan en la chacra. Ahora está fea la situación porque por culpa de la inundación y las lluvias, se perdió la producción. En mi casa somos muy humildes, pero estudiosos, dos hermanos ya están en la facultad”, contó la joven.


Verdulero

Junior Fabián Cajonga.

Junior Fabián Cajonga, de la comunidad de Panchito López (Concepción) eligió la carrera de Ingeniería en Informática. El ya comenzó el cursillo.

“Mis padres se dedican a la agricultura, entre nosotros no hay nadie que tenga sueldo del Estado. Ahora estoy trabajando en una verdulería, me despierto a las 4 de la madrugada y a la tardecita me voy al cursillo hasta las 10 de la noche. Hasta ya me enfermé porque ando muy ansioso, si me gano la beca de ITAIPU, me será más fácil”, dijo el joven concepcionero.

Comentó que sus padres apenas terminaron la primaria. “Ellos me apoyaron en todo, me dijo que procure para salir adelante”, concluyó.

Ayudante de albañil

Jorge Luis Amaro.

Jorge Luis Amaro, vive en Puerto Itakua (distrito de San Alfredo), ubicada a 492 kilómetros de Concepción llegó hasta el lugar de inscripción y se postuló para Ingeniería en Informática.

“Nosotros somos muy humilde, mi papá es jornalero, somos cinco hermanos y mi mamá es ama de casa. Mi papá terminó la secundaria y mamá solo hizo primaria. En casa, valoramos mucho el estudio; mis padres me alentaron para seguir la universidad y cuando les conté que mi iba a postular a las becas de ITAIPU, hasta me bendijeron todo”, comentó.

El joven actualmente es ayudante de albañil y para inscribirse pidió permiso a su “patrón” para ausentarse por unas horas del lugar de trabajo.

Doctora por vocación

Fiorella Martínez.

Fiorella Martínez es hija única. Vive con su madre y nunca conoció a su padre. Su niñez no fue fácil, nació a los 6 meses de gestación con algunos problemas de salud, que con el correr de los años la obligaron a someterse a algunas operaciones en las piernas. Por la circunstancia que le tocó vivir, ella sueña con ser médica.

“Quiero ser médica, no por el dinero que podría llegar a ganar, sino por vocación. En nuestro país se necesita de más doctores que amen su profesión y no sólo pensar en la parte económica.

Medicina es una carrera cara y mi mamá no podrá costearme”, afirmó Fiorella, que llegó con ayuda de muletas porque hace poco se sometió a una cirugía y por más que aún tiene fuertes dolores – tiene tutores expuestos- confía que podría ganarse la beca universitaria de ITAIPU.