Los ingenieros Miguel Ángel Gullón y José Galeano, miden el tamaño del árbol caído en el 2011 (ya desaparecido), con más de ocho metros de longitud.

Un minucioso estudio sobre el comportamiento de hongos superiores existentes en el Refugio Biológico Tati Yupi, de Itaipu, es realizado por los técnicos Miguel Ángel Gullón y José Galeano Alvarenga, de la Superintendencia de Gestión Ambiental. El análisis contribuye con importantes resultados para la amplia base de datos sobre macrohongos en las Áreas Protegidas de la entidad.

Los técnicos e investigadores de las Áreas Protegidas, sector Micología, día a día realizan un estudio acabado de los macrohongos existentes en el Refugio Biológico Tati Yupi. Este trabajo es de vital importancia, ya que sin la intervención de los hongos saprofitos en la naturaleza, los restos de los seres vivos que mueran se acumularían y darían lugar a inmensos depósitos de materia orgánica sin llegar al estado de descomposición.

La comparación de los diferentes estados del árbol analizado en el Refugio Biológico Tati Yupi. La primera imagen ilustra el árbol recién caído en el año 2011; en la segunda, los restos del mismo, ya en estado de descomposición mediante los hongos.

Las Áreas Protegidas de Itaipu albergan una gran biodiversidad de hongos saprófitos que crecen sobre diversos sustratos (lignicolas) dentro del bosque en sus diferentes Ecosistemas Naturales.

Miguel Ángel Gullón.

“Realizamos constantes monitoreos a los efectos de observar el comportamiento -in situ-de los hongos superiores clase basidiomycota. Esto permite evaluar la descomposición o degradación de los componentes principales de la madera, como ligninas, celulosa y emicelulosa, lo que más tarde se convierte en serrín o polvo (húmus), que intervienen en la mineralización del suelo”, explicó el ingeniero Miguel Ángel Gullón.

Indicó además que esto permitirá el flujo de energía y nutrientes, contribuyendo así al ciclo vital del carbono, participando en el reciclaje de otros elementos como el nitrógeno, fósforo y potasio.

José Galeano.

Por su parte, el ingeniero José Galeano, mencionó que como parte del proceso de descomposición, el hongo libera entre otras sustancias, grandes cantidades de dióxido de carbono, que son asimilados por plantas y otros organismos del suelo.

“La descomposición es esencial para la vida en el planeta”, aseveró.

Uno de los últimos estudios demuestra la descomposición de un árbol caído hace aproximadamente 2 años, dentro del Refugio Biológico Tati Yupi, causada por dos tipos de hongos superiores clase basidiomycota, el “Rigidoporus” y el “Ganoderma”.

Taxonomía para Rigidoporus

Reino: Fungi

Filo: Basidiomycota

Clase: Agaricomycetes

Orden: Polyporales

Familia: Meripilaceae

Genero: Rigidoporus

Especie: microporus

Taxonomía para Ganoderma

Reino: Fungi

Filo: Basiciomycota

Clase: Agarocomycetes

Orden: Polyporales

Familia: Ganodermataceae

Genero: Ganoderma

Especia: applanatum

El estudio de los macrohongos en las Áreas Protegidas de Itaipu, ha ofrecido importantes avances para la ciencia. Con estas investigaciones, continúa la ardua tarea de cooperar con los descubrimientos de nuevas especies para la Micología.

En el siguiente enlace, el artículo del DIE sobre el importante hallazgo de los hongos “geastrum episcolale” y “macrocybe titans”, en el Refugio Biológico Tati Yupi, en el mes de diciembre de 2012.

Enlace: Hallan hongos extraordinarios en Tati Yupi.