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Medio Ambiente
Comunidad Acaraymí asume desafío de reforestar su hábitat
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02/06/2011

A través de una iniciativa articulada por las áreas de Educación Ambiental, Acción Ambiental y Responsabilidad Social de Itaipu Binacional, se realizó una jornada de concienciación y cultivo de plantas nativas, en la comunidad educativa Acaraymí de Alto Paraná, el miércoles 1° de junio.

Participaron activamente niños, jóvenes, docentes y padres del centro educativo “Arnoldo Jansen”, quienes se mostraron muy receptivos a las propuestas de educación y acción a favor del medio ambiente.

Esta actividad forma parte de las actividades por la semana mundial del medio ambiente en el marco del amplio programa elaborado por la División de Educación Ambiental, relacionado con la sensibilización en todos los sectores de la entidad y en varias comunidades. Corresponde al programa 2190 “sensibilización socio ambiental en el área de influencia, siendo una acción del programa 38 de educación ambiental.

Derli Santacruz fue el responsable de desarrollar una charla de sensibilización sobre temas relacionados al manejo de residuos, la utilización de basureros y separación de basuras, entre otros temas.

Los técnicos de Itaipu juntamente con los escolares realizaron una demostración práctica para el cultivo de cien plantines de especies nativas. La jefa de División de Educación Ambiental, Lucía Villamayor, hizo entrega a la directora y alumnos un lote de basureros, como elementos del proceso de aprendizaje de manejo y reutilización de residuos.

“Valoramos mucho el interés de los alumnos y docentes de esta comunidad educativa que se nota están trabajando de manera excelente, con mucho ánimo. El compromiso nuestro es seguir trabajando muy de cerca con ellos, ya que tienen un proyecto sobre manejo de residuos, por lo que se les apoyará con una capacitación en reciclaje”, señaló Derli Santacruz.

Antonia Duarte, directora de escolar básica, dijo que la iniciativa de Itaipu ayudó mucho para ahondar más en el conocimiento especialmente sobre la reforestación.

“Los chicos y profesores aprendieron muchísimo y posibilitará que se tenga árboles alrededor de la escuela donde se ha perdido gran parte del bosque, queda algo muy positivo para un mayor compromiso comunitario. Con los proyectos que está emprendiendo Itaipu en cuanto a educación ambiental y soberanía alimentaria, la comunidad Acaraymí está muy animada y motivada, muy dispuesta a cooperar”, manifestó la directora.

Indígenas muestran capacidad en el campo

“Es un trabajo conjunto, en equipo, buscando que los indígenas aumenten su calidad de vida, y parte de esa calidad está en la naturaleza, de donde se extraen todos los alimentos que consumimos los seres humanos, y que cuando esto se degrada ponemos en riesgo la soberanía alimentaria”, afirmó Miguel Cardozo del área de Responsabilidad Social de Itaipu.

“Protegiendo y promoviendo la naturaleza, la madre tierra, como la llaman los indígenas (“ñande sy”), estamos promoviendo la calidad de vida”, indicó.

La comunidad Acaraymí está trabajando en el proyecto de seguridad y soberanía alimentaria, buscando la conservación del agua, el suelo, el bosque y el medio ambiente en sí.

“Hoy en día en las comunidades indígenas también existen invasiones de culturas agrícolas que atentan contra el hábitat, es un reto conservar esto porque para la cultura indígena el “Teko ha” (donde vivimos) es un espacio sagrado y es la propia naturaleza”, señaló Cardozo.

Comentó además que los indígenas no se oponen a ningún sistema de conservación de la naturaleza, a lo que ellos se oponen es a que muchas veces esto se da a costa de modelos que invaden su territorio cultural, por lo cual se ven obligados a adoptar prácticas culturales que no corresponden a su modo de ser.

Los trabajos se hacen directamente con la comunidad, con la gente. Los técnicos del proyecto de seguridad y soberanía alimentaria que están trabajando, lo están haciendo en forma directa con la gente, a través de capacitaciones teóricas y prácticas. Se les enseña de un modo vivencial a realizar el trabajo, logrando a esta altura importantes resultados visibles, principalmente en cuanto a producción de alimentos.

En el proceso de evaluación del trabajo se va viendo cómo se ha llegado a las comunidades y cuáles son los cambios o avances logrados mediante el proyecto de seguridad y soberanía alimentaria. Para este efecto, se han entregado herramientas, semillas de autoconsumo, además del acompañamiento de los técnicos que desarrollan el entrenamiento en campo.

“Existe ya un levantamiento de datos de las primeras cosechas con buenos resultados, los indígenas tienen capacidad para trabajar la naturaleza, la tierra, lo que generalmente necesitan es apoyo y motivación para avanzar más”, enfatizó Miguel Angel Cardozo.

Una comunidad que está avanzando muy bien

Acaraymí es una comunidad que demuestra mucha capacidad para crecer, la cual se puede notar en la infraestructura comunitaria que poseen para la educación, con una escuela cabecera donde numerosos niños y jóvenes se forman. En esta institución también está funcionando un centro de formación docente, que influye en forma decisiva en la educación del entorno comunitario.

170 familias participan del proyecto de seguridad y soberanía alimentaria y la idea es trabajar con otras instancias de Itaipu para articular más beneficios, como por ejemplo en el área de educación ambiental, que se suma a lo que ya se viene haciendo en un trabajo mancomunado.

Los técnicos tienen muy buena receptividad por parte de las familias indígenas, que transmiten una gran apertura, según los responsables de las diferentes acciones.

Juan Carlos Vera, responsable de Acción Ambiental en reforestación, acompañó también la jornada con la División de Educación Ambiental, apoyando y colaborando en la provisión de plantas y estacas.

Alegó que esta iniciativa es muy importante teniendo en cuenta que Itaipu está llevando a cabo un programa de recuperación de 713 hectáreas en el área del embalse, y es muy importante porque se trata de concienciar a los jóvenes y especialmente a los indígenas, para demostrarles la importancia de arborizar el área donde ellos habitan.

Vera sostuvo que se está perdiendo mucho el área boscosa que rodea a esta comunidad, por lo que la jornada marcará el inicio de una acción permanente de reforestación, para la cual se seguirá proveyendo de plantas de tal forma que la población del lugar se involucre en el desafío, acompañada de los técnicos de la entidad.

“Realmente el interés que muestran es sorprendente, los indígenas necesitan el apoyo y el acompañamiento permanente, están muy contentos en esta comunidad donde los docentes indígenas y demás están realizando una gran tarea”, expresó.

Dijo también que los frutales nativos, que además de proveerles alimento les servirán para la producción de artesanía, ya que los mismos utilizan mucho las semillas en la labor artesanal, al tiempo de recuperar los bosques nativos y la fuente de agua del arroyo Acaraymí.