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¡Oficialmente, becarios de ITAIPU!
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19/02/2018

Los 1.490 becarios de la ITAIPU Binacional, convocatoria 2018, son la cara visible de la esperanza y la emoción de alcanzar un sueño: ser profesionales. En cada uno de los jóvenes renace la fuerza de asumir, con entusiasmo, el compromiso consigo mismo, con la familia y el país.

La lluvia no mermó el ánimo de cientos de jóvenes que desde tempranas horas se congregaron en el litoral del Palacio de López para la entrega de certificados de adjudicación de becas universitarias, de la ITAIPU Binacional.

En sus miradas había satisfacción y esperanza, ya que fueron los mejores de entre 5.751 jóvenes que rindieron las pruebas de competencias básicas de Matemática y Lengua Castellana. Un total de 1.490 postulantes talentosos, de escasos recursos, se mantuvieron en carrera, y, tras pasar la evaluación socioeconómica, fueron adjudicados con las becas.

“¡Quién se iba a imaginar!”

“No puedo creer que el Presidente de la República me haya dado mi certificado de Becas. Estoy tan emocionado, no sé si quiero reír o llorar. ¡Quién se iba a imaginar!”, expresó, emocionado, Luis Miguel Mercado, de Vaquería, uno de los 10 postulantes con mejores puntajes que recibió su certificado de adjudicación de becas de las manos del propio Jefe de Estado.

Luis Miguel vive en la localidad conocida como 1ra. Línea Tekojoja, Vaquería, ubicada en el departamento de Caaguazú. Puso alma, vida y corazón a su objetivo de lograr una beca universitaria. Ya en el colegio fue un alumno brillante y sacrificado, recorría 16 kilómetros, todos los días, para ir a estudiar.
Sus profesores le alentaron a presentarse al Programa de Becas ITAIPU, para hacer realidad su sueño: estudiar Contabilidad.

Recordó que para el día del examen salió a medianoche de su casa, de modo a llegar a la ciudad de Vaquería y poder tomar el primer colectivo que lo llevaba a Coronel Oviedo. Casi sin dormir, pero con el objetivo claro, Luis Miguel pasó el proceso evaluativo, y con un buen rendimiento.

De su humilde casa, en donde vive con su madre y hermanito, ahora es el orgullo de la familia y de la comunidad. El becario es el sostén de la familia, trabaja en una ferretería; su objetivo es ser profesional y ayudar a su hermano pequeño a seguir adelante con sus estudios.

Con la mamá, lejos de casa

Valeria Torales (19), de la ciudad de Presidente Franco, no cabía en sí de la alegría y de la emoción que le embargaba el hecho de ser nueva becaria de ITAIPU. Eligió la carrera de Ingeniería Agronómica. “Yo estoy feliz por esta oportunidad. No puedo creer todavía”, acotó.

El entusiasmo de la becaria era contagiante; Valeria, sin lugar a dudas, es un ejemplo de la juventud estudiosa, que apuesta a su país para salir adelante y formarse. La oportunidad que le brinda hoy, la ITAIPU, mediante la beca, es valorada por la joven, ya que vive con la abuela.

“Mi mamá viajó a España, está trabajando allá. Cuando se enteró que me gané la beca de ITAIPU se puso tan feliz. Allá, en España, le contó a casi todos sus conocidos que me gané la beca de ITAIPU”, comentó la joven.

Ejemplo multiplicado

Aldo Antolín Pereira (Avá Guaraní), de la comunidad indígena Kirito, asentada en el distrito de Mbaracayú, del departamento de Alto Paraná, es otro de los flamantes becarios que recibió su certificado de adjudicación de manos del presidente Cartes.

Aldo anhela ser ingeniero civil; muy seguro de sí mismo afirmó que es bueno en Matemática y Física. Terminó el colegio en su propia comunidad y se abrió paso, siguiendo el ejemplo de otros jóvenes indígenas que están cursando una carrera universitaria.

“En mi comunidad hay 5 o 6 jóvenes que están siguiendo una carrera universitaria mediante las becas. Y ahora es mi oportunidad, no pienso desaprovecharla. No es fácil para un indígena terminar el colegio y, mucho menos, llegar a la universidad”, afirmó.

Mochilas cargadas de sueños

Estos son algunos de los testimonios de los más de 1.400 jóvenes que se dieron cita en el litoral del Palacio de López. No importó la distancia recorrida, ni la lluvia caída; estaban ahí, con las mochilas cargadas de sueños y esperanzas.