Los bosques ribereños constituyen importante componente del proceso de protección de los cursos hídricos. Ellos no son capaces de, por sí solo, contener los daños consecuentes del inadecuado manejo que se hace en las partes altas y medianas de las microcuencas. Es fuerte, sin embargo, la correlación entre propiedad bien manejada y presencia de bosques ribereños adecuados.

El paso siguiente después el catastramiento de los bosques ribereños de cada propiedad es la realización del inventario de los mismos y, con base en éste, proceder la respectiva reposición, si necesaria es, y en que cantidad y diversidad.

El proyecto no solo se encarga de eses procedimientos (catastro e inventario) como también actúa en el sentido de apoyar el propietario en sus iniciativas protectoras de esos bosques a través de continuado acompañamiento (monitoreo) de las acciones.

INVENTARIO Y MONITOREAMENTO DE RESERVAS LEGALES

El proceso de eliminación de reserva legal obedece a una estrategia propia de la mayoría de los propietarios que consiste en poner fuego en los bordes del bosque, para que en el año siguiente, realicen sus trabajos bajo la alegación de que se trata de áreas quemadas accidentalmente. Ese procedimiento que se repite cada año termina por liquidar los bosques nativos.

De allí la importancia de registrarse e inventariar esos bosques. Inventariar consiste en registrar el estado del bosque en cuanto su composición, densidad y porte de los árboles principalmente, y monitorizar las acciones que son aumentadas en tales reservas.

Realizado el inventario, el propietario es enterado de su situación con relación al cumplimiento de la legislación ambiental del país y estimulado a tomar las providencias que se hagan necesarias y que son básicamente tres: a) no explorar y ni consentir que su bosque sea explorado sin amparo legal; b) proceder a la reposición de la reserva según requerido por ley, y; c) ampliar, si posible, su área con bosque en la propiedad.