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En el corazón de Itaipú: inspección del generador
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25/03/2009

“Mantenimiento es limpieza”. Esta es la filosofía del técnico especializado Paulo Henrique de Nóbrega, de la División de Mantenimiento de Equipos de Generación (SMMG.DT), responsable por el equipo de la Eléctrica en el mantenimiento del generador de la U07. 

 

 

Mientras el turno de Mecánica se empeña en la sustitución de los radiadores, el equipo de la Eléctrica, con franelas y otros aparatos, hace su trabajo de limpieza e inspección del generador. 

 

En esta actividad, el personal de la SMMG.DT se divide en tres frentes de trabajo. Los tres desmenuzan todas las conexiones eléctricas del generador, desde cepillos de 60 mm, en el interior del anillo colector, hasta barras estatóricas de 4 metros de altura, en el estátor.

 

Antes, una pantalla mental: visualice el rotor conectado a la turbina y girando a toda velocidad. Alrededor del estátor parado, repleto de barras de cobre. De esta interacción se crea el campo magnético que resulta en la energía de Itaipú. Esto, bien en líneas generales.

 

Pues, para crear esta energía, es preciso una inducción electromagnética, una excitación inicial. En el anillo colector, un compartimiento interno inmediatamente debajo de las tapas de cierre de la unidad generadora, el personal de la eléctrica hizo inspección de los cepillos de grafito. Ellas son las que llevan la excitación inicial al generador.

 

Pero entonces es la vez de las franelas que entran en acción. En un área llamada “represa circular”, todavía en el generador, el equipo de Nóbrega limpia las barras del estátor. “Limpieza es mantenimiento preventivo”, volvió a enseñar el profesor. Hace dos semanas, Nóbrega capacitó a un grupo de técnicos en soldadura en las barras estatóricas, siempre frisando esta lección inicial.

 

Ojos biónicos

 

Según Nobrega, trabajar en el generador exige “autocontrol” de los técnicos. Cada herramienta que entra tiene que ser registrada. Nada permanece en el generador. “Un pequeño alfiler entre las bobinas puede generar un gran problema”, cuenta. Las puntas metálicas pueden corroer las barras, llegando al límite de parar toda una máquina.

 

Después de usar una simple franela, el equipo de la Eléctrica, con el apoyo del Laboratorio (SMIL.DT), usa un equipo de 37.000 dólares para buscar pequeños objetos eventualmente sueltos en el generador. Una cámara hace las veces de ojos de los técnicos; se desplaza por la pieza, capta imágenes y las transmite a un monitor. Lugares invisibles sólo al ojo no se pueden observar.

 

“Cuando trabajamos aquí dentro tenemos que olvidar el mundo allá afuera; tenemos que concentrarnos y enfocarnos en este trabajo”, concluye Nóbrega.