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Buscan revalorar culturas en torno a las semillas
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31/05/2011

Representantes de diferentes comunidades del Chaco y otros puntos del país se encuentran presentes en la "Semana de la Semilla Paraguaya", habilitada por el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal de Semillas (SENAVE) con apoyo de Itaipu. La muestra se extenderá hasta el miércoles 1 de junio, de 08:00 a 20:00 horas, en el ex Seminario Metropolitano de Asunción.

En el marco del proyecto “¡Heñói jey Paraguay! Nuestra semilla, nuestra soberanía. Proyecto de Inventario de Germoplasmas de importancia en la Agricultura Familiar Campesina”, agricultores campesinos e indígenas de todo el país exponen aproximadamente mil especies, entre semillas nativas, criollas y remedios yuyos.

El titular del SENAVE, Miguel Lovera, dijo que con esta iniciativa se busca apuntalar la soberanía alimentaria, porque “tener y disponer de semillas es vital, para destacar el potencial de estos sectores productivos”.

También durante la muestra se realizan conferencias y debates de diversas temáticas como: "Soberanía Genética, Productiva y Alimentaria", expuesto por Miguel Lovera, presidente del SENAVE; Cecilio Pérez, ministro de Defensa; Dr. Luis Bareiro Spaini y el Dr. Jorge Lara Castro, canciller Nacional. "Las semillas transgénicas en México", por Alejandro Espínola - UCCS, México. "Una Mirada a nuestra Soberanía Nacional, contexto de diferentes sectores"; "Semillas Nacionales, nativas y criollas", "Alimento reflejo de la cultura y conocimientos tradicionales: Comidas Paraguayas"; "Efectos negativos de los nuevos hábitos alimentarios".

El tubérculo que salvó a los soldados
Según los indígenas del Chaco, el yvy´a es el alimento que salvó a los soldados paraguayos durante la contienda de la Guerra del Chaco con Bolivia. La expositora indígena Elvina Sosa, vino de la comunidad Guaraní Ñandeva de Pycasú, distante a 700 kilómetros de Asunción, ubicada en el Departamento de Presidente Hayes, expuso entre sus productos un tubérculo cargado de agua, conocido con el nombre de “Yvy´a”(fruto de la tierra).
Sosa manifestó que este tubérculo salvó a muchos soldados paraguayos durante la guerra del Chaco. “Se corta la fruta y se le saca el jugo. Se puede también hacer postre con el fruto. Mi suegro ayudó mucho a los soldados. Nosotros somos celosos de nuestro pueblo, de nuestro territorio. Esto nos salva porque contiene agua”, describió Sosa. Según el conocimiento popular de su comunidad, durante la guerra, los soldados debieron aplacar la sed con el líquido del yvy´a, cuya forma es parecida a la mandioca.

La expositora explicó que el mangarayety, otro tubérculo parecido a la papa “Se cosechada dos veces al año. Para cocinar se le pone encima del fuego preparado en el suelo. Al día siguiente se saca de entre las cenizas y ya se puede consumir”.

Elvina Sosa se explayó sobre otro alimento natural, que los Guaraní Ñandeva consumen en la zona de Pycasú en el árido Chaco. “De las hojas de caraguatá, también se pueden hacer jugo. Y de la raíz, se pueden hacer galletas”, explicó.

Botellas de plásticos: silo del campesino

Vidalia Benítez, coordinadora de las mujeres campesinas del Movimiento Campesino Paraguayo (MCP), explicó que las semillas son esenciales para las campesinas porque ellas representan la soberanía. “Aquí venimos a mostrar cómo las mujeres campesinas queremos y mantenemos nuestras la semillas nativas y criollas, porque la consideramos que es muy importante y estamos exhibiendo nuestra producción aquí”, sostuvo Benítez.

Explicó la dificultad que tienen para dejar los hijos, la familia y la casa pero aún así, las mujeres campesinas están organizadas y se encuentran exponiendo su producción. “Venimos desde 13 departamentos. Aquí nosotros traemos maíz blanco, maíz rojo, maíz tupí, habilla, locro, arroz, maní, una cosa variada”.

Benítez mostró cómo se conserva el maíz en el campo. Las botellas de gaseosa y agua se reciclan para conservar las semillas. “Esto es el silo del campesino. Es diferente el silo de los sojeros, que tienen plata. Pero aún, con los bajos recursos, nosotros buscamos las formas para mantener nuestras semillas. Con esto nos dura 3 o 4 años”, expresó.

La fruta de la tuna se come como naranja

Martina Ozuna e Isabel Escobar vinieron desde la comunidad Esperanza del Chaco. Pertenecen al pueblo indígena conocido como Enxet. Martina comentó que muchos de los alimentos que consumen son frutos naturales del bosque chaqueño, aunque otros sí se cultivan.

“Nosotros trajimos tuna. Existen varias clases de frutas de tuna. Algunas se comen como la naranja, se pela y se come. Otras, se deben hervir como la mandioca”, sostuvo. Comentó que su comunidad necesita la atención del Estado, ya que viven lejos de la ruta, a unos 45 km. “Nunca el Ministerio de Agricultura vino a hablarnos sobre cómo hacer ñemity (sembrar) y en nuestra comunidad hace falta, es necesario porque tenemos varias necesidades”, expresó.

Ancianos trasmiten sus conocimientos a jóvenes

Patrocinio Goosen es de la comunidad Yalve Songa de Boquerón, ubicada en el kilómetro 420 en la Ruta Transchaco. “Trajimos 100 especies aproximadamente del Chaco. Desde frutos del cactus en el monte, hasta semillas que se cocinan y se conservan y son utilizadas como remedios para las diarreas”, comentó.

“Hemos hablado para charlar con los ancianos, porque nosotros que somos jóvenes tenemos que saber la cultura de nuestros antepasados. Por momentos, casi se perdió nuestra cultura, ahora tenemos más conciencia y tenemos que mantener, así hablamos en mi comunidad”, explicó.

“Hay cosas que se conseguía en los montes, como el ají silvestre, por lo que con la tala de bosques afecta nuestra alimentación, pero hay cosas que plantamos, como la batata”, comentó el joven Patricio Goosen al explicar que incluso trajeron una planta que cuya fragancia espanta a los mosquitos. En tiempos de dengue, recurrir a la cultura de los antepasados, no vendría mal.